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Por definición el hormigón autocompactante se reconoce como un hormigón cuya principal característica es la de fluir y rellenar el volumen a hormigonar por la acción de su propio peso, sin necesidad de vibrado. La composición material es la misma que para un hormigón convencional (cemento, áridos, adiciones, aditivos y agua). Su autocompactabilidad se debe principalmente al alto contenido en finos, al bajo contenido en gruesos y a las altas dosis de aditivos. El presente trabajo aborda la investigación sobre hormigón autocompactante y los aditivos químicos utilizados en su fabricación, concretamente los llamados de última generación o superplastificantes conocidos como aditivos de cuarta generación o policarboxilatos. Diferenciándolos a estos, no en función de la marca o del fabricante sino en función de su estructura molecular, lo que da lugar a la creación de aditivos de cadena larga o aditivos de cadena corta. La clave para obtener un buen HAC radica en la correcta optimización de la combinación superplastificante-aditivo (modificador de viscosidad). Por ello los materiales empleados han sido la parte principal de este estudio para poder conseguir los objetivos propuestos, garantizando la compatibilidad entre ellos, la relación agua/cemento y la consecución de resistencias establecidas. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la bondad de los aditivos de última generación y demuestran que el empleo de una correcta curva granulométrica junto con el empleo de aditivos de cadena corta o cadena larga nos aporta una notable variación en la resistencia del hormigón. Dando, a veces, la opción de prescindir del uso de adiciones como el humo de sílice.